Este nuevo avance emplea la popular tecnología de impresión 3D. De momento ese encuentra en fase de prueba, pero la idea consiste en almacenar diversos ingredientes, muchos de ellos refrigerados, a partir de los cuales realizar mezclas. Gracias a esas mezclas la impresora podrá realizar capas para obtener diferentes tipos de alimentos.
Los ingredientes se almacenan en distintos compartimientos denominados “cámaras de mezcla” en el que se introducen las cantidades adecuadas. En el cabezal de la impresora se acoplan varios tubos que, como sostiene “PHYS”, calientan o refrigeran las capas que se van imprimiendo.
Los desarrolladores sostienen que su invento tiene múltiples ventajas, como la posibilidad de crear nuevos sabores y texturas que no se consiguen en la cocina tradicional. Además, los usuarios podrán determinar el valor nutricional de sus comidas mediante un interfaz táctil capaz de controlar parámetros como los carbohidratos, las grasas y las calorías de cada plato.